Hagamos de 2017 el año de la transformación, el año de fijamos las bases para el crecimiento acelerado, el año de ser todo lo que puedes y debes ser.

Para ello he preparado este ensayo sobre las ocho aptitudes y actitudes que nos darán alas para volar en el siglo XXI. Apunta:

1. Habla “mate”

La primera aptitud que hay que adquirir es aprender y hablar una nueva lengua: las matemáticas. Así como queremos que nuestros hijos hablen inglés, debemos entender que para que ellos prosperen en la actualidad es indispensable (tanto ellos como tú y yo) que hablemos la lengua de la ciencia, la computación, el marketing y las finanzas: las matemáticas. ¡Pongámonos las pilas!

2. Cultura y civismo

El siglo pasado buscó fomentar un pueblo ignorante, sumiso, asustado y manipulable. La estrategia, eliminar de la curricula escolar las ciencias sociales y el civismo. ¡Basta! 

Hoy es indispensable volver a abrir el caudal de nuestra humanidad. Hay que enseñarle a los jóvenes historia y cultura, que les permitirá tener un marco de referencia rico sobre el cual construir su cosmovisión. Como dijo Sir Issac Newton en 1676: “Si he visto más allá, es porque tuve el privilegio de pararme sobre los hombros de gigantes”. 

Es indispensable retomar el estudio y aplicación de las ciencias sociales y el civismo. Fomentemos una sociedad sabia, resiliente, con principios bien articulados.

3. Pensamiento crítico y analítico

Paralelamente, debemos enseñar a los jóvenes a pensar por sí mismos. A cuestionar, a debatir y llegar a sus propias conclusiones.

4. Curiosidad y creatividad

En un mundo donde todo lo que se puede sistematizar se está sistematizando, es nuestro ingenio y talento lo que nos hará únicos, valiosos e irrepetibles. Por lo tanto, la curiosidad y la creatividad son habilidades críticas para diferenciarnos de los demás y crear valor real, profundo y duradero, que nos permitirá sobresalir en el siglo XXI.

Al igual que las matemáticas son una habilidad que se domina a través de la práctica, también la curiosidad y la creatividad son aptitudes que se aprenden, desarrollan y dominan con el paso del tiempo.

5. Comunicación

Probablemente de todas las habilidades que trato en este ensayo, la que más puede acelerar nuestro desarrollo profesional es saber estructurar y comunicar nuestras ideas en forma clara, concisa y motivante. 

Dominar el arte y la ciencia de ponerse en el lugar del interlocutor y contarle historias que incitan su mente y su corazón, ofrece al gran comunicador una ventaja descomunal para crecer, ganar y trascender. 

6. Iniciativa

En es siglo pasado se nos instruyó a buscar un buen empleo y aferrarse a la corporación. El mundo de hoy es totalmente diferente. Ya no existe la seguridad institucional. Hoy, cada uno de nosotros estamos llamados a dibujar nuestro propio mapa. A visualizar el futuro que más sentido le de a nuestra vida y a prepararnos para convertirlo en realidad.

7. Tenacidad y virtud

Después está el trabajo duro, que dignifica la vida. Debemos entender la dinámica de la creación. Todo toma el doble de tiempo y esfuerzo de lo que inicialmente nos imaginamos. Por lo tanto, es vital entender y aceptar el principio de la gratificación retardada. 

Es el camino del héroe, donde nos lanzamos en la aventura de ser todo lo que podemos y debemos ser, donde la exigencia de la vida nos pule y genera en nosotros maestría. Y es en ese momento, cuando hemos dado lo mejor de nosotros mismos, que todo se engancha y se acelera y nos regresa una recompensa del doble de lo que nos imaginamos. ¡Ánimo! Sé tenaz y lo mejor estará por venir.

8. Liderazgo

Finalmente, está la última y la primera de las aptitudes y actitudes que hay que desarrollar: ser la luz que queremos ver en el mundo. 

Asume tu grandeza y pon el ejemplo para que los demás no tengan miedo de revelarse ante la mediocridad. 

Seamos generosos. Exijámonos y exijamos. Entrenémonos y entrenemos. Fortalezcamos nuestra luz y multipliquémosla, encendiendo en los demás su sentido de propósito y trascendencia.

Este es tu año, esta es tu vida; haz que valga la pena.

Con esto concluyo mi comentario. Como siempre, te recuerdo que tú eres grande y que la vida exige tu grandeza. 

Feliz año.