Ha llegado el momento de asumir tu grandeza, hacer una diferencia en el mundo y ganar mucho dinero haciéndolo. Por eso, hoy quiero compartir cómo generar riqueza haciendo lo que amas. El punto de partida es entender que tú eres un ser único, valioso e indispensable. Y que la envidia es ignorancia y la imitación es suicidio. Respétate. Cuando te respetas a ti mismo y actúas desde tus valores más profundos, despiertas el camino que conducirá a tu verdadero éxito. Tus pensamientos, tus deseos más fervientes, se convierten en tu realidad. Por eso, para generar riqueza, tu deseo más ferviente tiene que estar relacionado con tu negocio servirá para el bien mayor, si no, no sucederá.

Piensa en la humanidad y lo que necesita, y cómo puedes empaquetar tu pasión para servirle. Crea un producto o servicio que les añada valor real, profundo y duradero. Algo íntimamente relacionado con lo que te apasiona. Con aquello que harías, aunque no te pagaran por hacerlo, o incluso tú pagarías para hacerlo. Si tú no tienes un deseo, una obsesión para servir a la humanidad, no tendrás el potencial para generar gran riqueza.

Cuando tienes un llamado, tienes visión. Puedes visualizar un futuro que te motive. Que te inspire a levantarte cada mañana y trabajar. Si no, siempre estarás mirando en el retrovisor, preocupado de que el pasado te alcanzará. Y cuando el qué es suficientemente grande, el cómo se ocupará de sí mismo.

Entonces, empieza por determinar dónde quieres llevar tu vida manifestada a través de tu negocio y recuerda que entre más específico seas, más vitalidad le inyectarás. 

Para desarrollar una visión clara, una misión trascendente y los valores que guiarán tus pasos, es vital plantearte preguntas que respondan al qué, quién, cuándo, cómo, dónde y porqué. Y pregunta, y pregunta, y pregunta hasta que la respuesta realmente te inspire y al seguir preguntando para que se vaya aclarando y tomando forma. Dedícale el tiempo de calidad requerido para que se incruste en tu ADN, el propósito trascendente de tu labor.

Después hay que pensar en la dimensión del negocio. Entiende que tu poder de generar riqueza está directamente relacionado con el número de personas que sirves. Recuerda, cuesta el mismo trabajo hacer algo pequeño que algo grande. Sólo que uno es 10, 100 o 1,000 veces más lucrativo y trascendente que el otro. Entonces, crea un negocio que sirva a mucha gente. Y ten en mente que la forma más eficiente para generar riqueza es a través de crear tu propia empresa que te permite el mayor control sobre las variables que afectan tu vida.

También piensa en el valor de trabajar para el negocio en lugar de en el negocio. Si el negocio no genera riqueza que tú puedes capitalizar, entonces siempre serás el empleado del negocio, independientemente de que seas el dueño. Pregúntate cómo puedo hacer lo que hago cada día de forma más eficiente y efectiva. Y enfócate en el 25% que genera el 75% de los resultados y delega el resto.

Ahora, no hay que postergar. Recuerda que tu día se va a llenar para bien o para mal. Entonces, empieza tu día dedicándole 5 minutos para delinear las actividades importantes a realizar, para que al final del día tú puedas sonreír porque tu día valió la pena.

Para concluir. Yo siempre he visto que la suerte nos encuentra a 3/4 del camino. Muévete y el Universo va a ver que vas en serio, y a partir de ahí te pondrá en tu camino lo que requieres para proseguir. Por eso, cuando amas lo que haces y lo promueves con pasión buscando como siempre servir a más y más gente, llegarán hacia ti más y más oportunidades. Y bajo la misma regla de la reciprocidad, conforme aprendes a manejar tu dinero con mayor inteligencia, llegará a ti más dinero para administrar.

Hay un mundo ahí afuera que te necesita. Sal, sirve al máximo posible de personas y permite que la riqueza fluya hacia ti. Y nunca olvides agradecer todo lo que va bien y lo que no sale como esperabas. Todo es un regalo que te ayudará a ser más fuerte, sabio y comprometido. Adelante. Ten un gran día.