Estas vacaciones leí dos libros que me inspiraron y alimentaron mi apetito para jaquear mi cuerpo, mi mente y mi espíritu.

Sin duda, estamos viviendo tiempos fascinantes. El primer libro que leí se llama “Súper Humano” de Dave Aspery. En él comparte las últimas técnicas que se han desarrollado para mejorar nuestra salud y aumentar en forma radical nuestra vida. Algo que él llama “biojaqueo”.

Lo fascinante de este libro, es que él se ha convertido en su propio conejillo de indias y narra, como ha invertido más de un millón de dólares probando sobre sí mismo un sin fin de cosas. Esto lo ha llevado no simplemente a mejorar su salud, sino, a regenerar sus células y neuronas, iniciado un proceso que permite echar para atrás su reloj biológico. Cuenta, que con lo que ha hecho y con los adelantos científicos que viene en camino, planea vivir, en plenitud, hasta los 180 años.

¿Absurdo? Quizás. Pero como decía el gran escultor renacentista Miguel Angelo “El riesgo más grande que corremos no es fiar nuestra meta demasiado alta y no alcanzarla, sin fijarla demasiado baja y lograrla”.

Simplemente, déjame compartir contigo unos cuantos hallazgos que incluye en el libro. Nos enseñan acerca de los microorganismos que conforman el 80 % de nuestro ADN y la importancia de volvernos expertos granjeros de nuestra fauna interior. Resulta que estás criaturas regulan nuestra digestión, sistema inmunológico y vitalidad. Y nos enseña cómo nuestra alimentación, esto es, lo que les damos de comer, tiene efectos radicales sobre nuestra salud y longevidad. Específicamente, los alimentos que ingerimos, más que cualquier otra cosa, nos ayudarán a hacer frente a lo que él denomina los cuatro asesinos: los infartos, la diabetes, el cáncer, e incluso la demencia senil.

También expone temas fascinantes, como el efecto de la luz sobre nuestro cuerpo y mente, y cómo restablecer el ritmo circadiano es vital para nuestro bienestar.

Pero no termina ahí, nos introduce a nuevos caminos de la ciencia y nos presenta tratamientos revolucionarios como reintroducir a nuestro cuerpo, nuestras propias células madre, que de acuerdo con su propia experiencia, no únicamente nos revitalizan, sino que retroceden el reloj biológico. Wow.

Sin duda estamos viviendo un momento sin precedentes en el entendimiento de la salud física y cómo influir en procesos fisiológicos para tomar control de la salud, revitalizar el cuerpo y extender radicalmente la vida.

El otro libro que leí se llama “Stealing fire” de Steven Kotler y Jamie Wheal. Este trata sobre el otro lado de la ecuación de una vida significa, cómo transformar nuestra mente para ser más equilibrados, productivos y felices.

Al igual que el primer libro, este también habla de avances científicos y jaqueo, solo que este caso, se centra en cómo influir en nuestra mente para acortar el camino, a lo que ellos llaman “la iluminación”.

Aquí revisan cuatro ámbitos del conocimiento humano que están avanzando a pasos agigantados y cómo cada uno tiene la capacidad de influir radicalmente en nuestra mente, para alterar nuestra percepción de la realidad y del rol que tenemos los seres humanos sobre la tierra. Específicamente, hablan sobre los últimos avances en la sicología, la neurobiología, la farmacología y la tecnología. Explican y dan ejemplos de cómo aplicados estratégicamente, estas disciplinas pueden ayudar a iluminar nuestra mente para recuperar el sentimiento unitario y trascendente de la vida, e impulsarnos a asumir nuestro lugar, no como verdugos, sino cómo albaceas de la tierra.

Sin duda, estos dos libros me han ayudado a cerrar el 2019 con broche de oro e iniciar el 2020 con un renovado ánimo en la humanidad y en nuestra capacidad para avanzar a pasos agigantados para salir del lío en el que nos hemos metido y juntos construir un mundo en el cual nos encante vivir.

Entonces, para este inicio de año, te invito a fijarte el firme propósito de jaquear tu vida y tu salud, y librarte de todo ese peso muerto que te detiene. Hoy existe el conocimiento y los medios para transformar tu cuerpo, tú mente y tu espíritu y convertirte en esa luz que añoras ver en el mundo. ¡Adelante!

Como siempre me despido recordándote que tú eres grande y que la vida exige tu grandeza.