Hoy quiero hablar de lo que consideramos moral e inmoral, verdad y mentira. 

Resulta que a través de los milenios ha virado de 180 grados lo que ha sido considerado la verdad en su momento. 

Tomemos por ejemplo los sacrificios humanos en tiempos de los Aztecas, la quema de los supuestos herejes durante la inquisición y la práctica de la esclavitud en las plantaciones de algodón en el sur de Estados Unidos. En cada época las personas que ejercían estas prácticas estaban convencidas de que estaban actuando moralmente y haciendo lo correcto. 

Yo tengo un ejemplo cercano. Mi abuelo materno, Mc Neely DuBose. Él creció en la cuna de una de las grandes familias sureñas de Estados Unidos. Y cuando él me hablaba de los esclavos a través de su cosmovisión de niño, él veía con toda naturalidad el tenerlos y sentía una gran responsabilidad moral hacía su bienestar. E insisto, era un hombre bueno, generoso y humano. No obstante, que hoy lo tacharíamos de una persona perversa, cruel e inhumana. 

Ahora, trasladémonos al presente y veamos el profundo cambio que está generando la tecnología en la humanidad. Todo apunta a que estamos ante un nuevo viraje histórico en lo que constituye la “realidad” moral de lo implica “ser” humano. 

Pensemos en la ingeniera genética. Hace unos días presencié una acalorada discusión debido a que unos chinos habían realizado Ingenieria genética en bebes humanos. Los que estaban a favor decían que era justo y necesario. Los que estaban en contra decían que era perverso, inmoral y criminal. Y seguramente este mismo enfrentamiento, en cada cambio de época, se ha repetido una y otra vez. 

Imaginémonos una escena en 30, 40 o 50 año entre dos personas discutiendo sobre este tema. Uno, que tiene cáncer, le dice al otro que recibió ingeniería genética durante su gestación: yo soy la víctima de la ignorancia, temor y prejuicio de mis padres y abuelos que satanizaban los adelantos científicos, argumentando que era inmoral jugar con la vida… Será o no será. No lo sé, pero sin duda ya están encima de nosotros nuevos cuestionamientos éticos que hay que considerar. 

Un ejemplo más, la carne. En época de las comunidades cazadoras, el mejor cazador era el líder y el sustento de la tribu. Ahora, la historia de procurar carne para la humanidad ha tomado otro vuelco. Hoy la industria ganadera es vista por muchos como una de las principales fuentes de contaminación ambiental y de crueldad a otras criaturas. Simplemente veamos documentales en Netflix acerca de las vidas deplorables que llevan los pollos, las vacas y los marranos. Y aquí nuevamente me imagino una conversación en un futuro, cuando la carne que consumimos no viene de animales vivos, sino es fabricada a través del cultivo de células en laboratorio. 

Los escucho refiriéndose a nuestra era como una era de barbarie en la cual sometíamos a otras criaturas a las más extremas condiciones de crueldad imaginables, para simplemente darnos el gusto de hacer un asado el domingo y disfrutar de un buen corte. 

Sí, el mundo cambia y con él la moral del bien y el mal. 

Para concluir, quiero invitarte a abrir tu mente y tu corazón a los que nos preceden y a los que están por venir. A cuestionar el dogmatismo y buscar abrir el diálogo franco sobre el bien y el mal en el presente con miras al futuro. Como dice el refrán “Todo es verdad y todo es mentira, depende del cristal a través del cual se mira.” Adelante. 

Ten un gran día.