Vengo de una sesión en una escuela de negocios donde estuvimos analizando el entorno económico. En ella se expuso las maravillas de la tecnología para el futuro de los negocios. Vimos como la inteligencia artificial y la robótica nos van a permitir hacer mas, gastando menos. Y que se va a poder remplazar al ser humano que es caro, inestable y emocional con una maquina que trabaja las 24 horas del día, no se enferma y no amenaza con emplazamiento a huelga… hablando en plata, ya no se va a requerir al barrendero.

Y a simple vista esto parece algo bueno. Muy bueno. Hay que eliminar gastos. Hay que ser eficientes… pero había algo que no me cuadraba. Me pregunté, ¿Cuál es la finalidad de la empresa y del empresario? ¿Quién está tomando las decisiones? Y eso es lo que me gustaría hoy ver contigo.

La primer pregunta es ¿Cuál es la finalidad de la empresa y del empresario? Y a simple vista, es lo que nos enseñan en las escuelas de negocios, ganar dinero. Y estoy totalmente de acuerdo con esta aseveración. ¡Hay que generar riqueza! Aquí la pregunta es ¿a qué costo? o mejor dicho, ¿existe algún costo oculto que no estamos metiendo en la ecuación?

Y eso me lleva a la segunda pregunta ¿Quién está tomando la decisión? ¿El ser humano o la maquina? Y aquí me empecé a preocupar. ¿Qué pasa si es la inteligencia artificial?

La lógica fría de la maquina nos confirma que ya no se requiere al barrendero. Sin problema se puede desechar a laspersonas que venía realizando el mas básico y elemental de los trabajos; ver por el orden y la limpieza en la institución.

Fuera, ya no se necesita, que lo haga la maquina y de ahí a empezar a barrer hacia arriba. A depurar, a eficientar, a acabar con el desperdicio eliminando puestos cada vez de mayor complejidad conforme avanza la robótica e inteligencia artificial. Y la pregunta es ¿dónde va a acabar?

A la mejor no nos estamos haciendo la pregunta correcta. A la mejor no tiene que ver sólo con eficiencia, sino también tiene que ver con propósito. Con el propósito real, profundo y duradero que llevó a emprender y crear la empresa.

Y si nos hacemos esta pregunta, a la mejor nos surge una respuesta muy diferente. A la mejor el barrendero no es un ente a ser desechado como un recurso humano obsoleto, sino que esta persona que vela, que trabaja por mantener limpia la oficina es una parte fundamental del ADN de una agrupación humana que comparte visión y valores y juntos buscan crear valor real, profundo y duradero para los cuatro interesados que toca la empresa: los trabajadores, los clientes, la sociedad y el planeta.

Ahora, no me mal entiendas. Yo soy el primero a querer eliminar desperdicio. La pregunta es ¿es el ser humano un desperdicio? Y la respuesta que demos a esta pregunta cambiará radicalmente nuestra cosmovisión y el desenlace que tendrá el mundo a corto, mediano y largo plazo.

Mi objetivo con este análisis no es defender al puesto del barrendero cuando una maquina puede hacer ese mismo trabajo mejor que ella o él. Mi objetivo es defender la dignidad humana y el valor del trabajo para hacer a uno sentir que está contribuyendo a algo mas grande que uno mismo.

Y no creo que se trata de simplemente un asunto económico que se solucione a través de ponerle un impuesto a la riqueza generada por los robots, y redistribuirla a través de un salario mínimo universal.

Yo creo que el asunto que aquí nos ataña tiene que ver con la dignidad humana. Con el sentido de propósito y contribución. Y no creo que simplemente tirándole dinero al problema lo va a resolver.

Sí, el puesto del barrendero en la fabrica es obsoleto. Sí, la maquina lo hará mejor que ella o él. No hay que tratar de detener el progreso. Abracémoslo a todo lo que da. Pero al mismo tiempo no perdamos de vista la finalidad de la empresa que es crear valor real, profundo y duradero para los seres humanos.

Permíteme plantearte un tercer camino. Imagínate que con esa ahorro que nos brinda la implantación de la robótica y la inteligencia artificial, destinemos la mitad de ese ganancia a ayudar a construir un mundo más funcional, en el cual nos dará gusto vivir y heredar.

Te voy a dar un ejemplo muy simplista, pero que creo que puede ilustrar cómo redirigir el talento de la gente que remplaza la máquina hacia actividades que impulsan el sentido final de la empresa, que es añadir valor a la vida del ser humano.

Imagínate que con parte del dinero que ganamos implantando la robótica e inteligencia artificial ponemos un hermoso parque que contribuye a la belleza y ordenamiento urbano. Un lugar en el cual se promueve la formación e integración social, fomentando la salud de los niños, familias y adultos mayores y el conocimiento técnico y humano que se requiere para poder sobresalir en la actualidad. Y que nuestro barrendero, que le va a costar mucho trabajo reinventarse tecnológicamente, ahora en vez de ser un desempleado, marginado y frustrado, ahora es el albacea de la limpieza y del orden del parque. Una figura importante que da vida a la visión y la misión de la empresa, que es contribuir a construir una sociedad mas sana, productiva y funcional. Una sociedad que proveerá a la empresa en un futuro del talento que requiere para seguir creciendo, prosperando y añadiendo valor.

E imagínate lo que haría eso para la aceptación e imagen de la empresa por parte de los consumidores, al igual que para el sentido de orgullo y pertenencia del colaborador.

Estas acciones de ayudar a fortalecer los fundamentos de una sociedad más sana, productiva y unida estará poniendo los cimientos de una empresa que ya no tiene que empujar la aceptación de sus productos a través de publicidad, sino que sus acciones generarán una dinámica que jala a través del sentido de la reciprocidad, dándole una base de clientes y colaboradores fieles que cuidarán de ella, como ella los cuida a ellos.

En conclusión, invito a mis amigas y amigos empresarios a ser estratégicos. A cuidarse del canto de la sirena, que nos enamora de la oportunidad que nos brinda la robótica y la inteligencia artificial, para extraer el máximo de valor del sistema, haciendo a un lado al barrendero. Hoy les invito a abrazar la tecnología y a capitalizarla al máximo. Al igual les invito a que desde ahora piensen en como integrar a su estrategia de negocio cuál es la mejor forma para reinvertir parte de esa riqueza para seguir construyen las bases que darán el sustento a corto, mediano y a largo plazo, no únicamente a la empresa, sino a la sociedad.

No le demos alas a los gobiernos para que le pongan impuestos a la riqueza, sobre cuya distribución no tendremos injerencia. Seamos nosotros los que tomamos las riendas de cómo se distribuirá y con ello asegurar un gran futuro.

¿Qué opinas?