Lo que estoy leyendo

Desde el último blog, he leído tres libros. El primero, “Cómo funciona el cerebro del perro”; el segundo, “Cómo funciona el cerebro del gato”; y el tercero, “Cognitive Behavioral Therapy”.

Aunque al empezar a leer el libro sobre los perros y después el libro sobre los gatos, no fue hasta terminar el último que me percaté de que los tres libros tratan un tema parecido: el entrenamiento positivo del mamífero.

Dos temas que me impactaron de la lectura fueron el concepto de que “los pensamientos no son ciertos ni falsos, sino útiles o perjudiciales”. Sin duda, un concepto poderoso que nos ayuda a entender que las historias que nos contamos determinan nuestra realidad. Y el segundo tema que se quedó conmigo fue el tema del entrenamiento de los perros o gatos a través del estímulo positivo. Resulta que el verdadero entrenamiento no se basa en el premio y el castigo, sino mediante la estimulación positiva al brindarle a la criatura algo que realmente le hace feliz, lo cual la anima a colaborar decididamente. Un tema crítico que deberíamos integrar en la educación humana.

Coleccionando Gente Hermosa

Esta semana, el reconocimiento va para todas las personas que han escrito libros sobre sus descubrimientos en relación al comportamiento. Siempre me viene a la mente Galileo, quien decía que “gracias al haberme podido parar sobre los hombros de gigantes, he podido ver más lejos”.

Siento una gratitud infinita por la generosidad de tantas y tantos autores que han compartido su pasión a través de sus libros. Gracias. Gracias. Gracias.

Mi Lucha Diaria

He dedicado buena parte de estos días de vacaciones al enfoque en la curiosidad. A realmente estar presente y profundizar en el deleite del ser.

Esta mañana, al salir a pasear al perro al amanecer, experimenté la Luna como nunca antes en mi vida. Por primera vez realmente sentí la Luna. Esta inmensa piedra en el cielo ya no era simplemente un concepto definido por una palabra que generaba una profunda barrera de entendimiento al catalogarla.

Hoy no solo la vi, sino que la sentí. Sentí su esencia. Su gravedad. Su materia. Su intimidad con la Tierra. Fue mágico sentir su impulso y el impulso de la Tierra en el cosmos alrededor del sol.

Creo que el haber leído el mes pasado la biografía de Albert Einstein me ha ayudado a abrir la mente y, guardando toda proporción, soltar el freno de mi imaginación y percibir el cosmos de una forma más íntima, bella y real.

Bueno, con eso concluyo mi relato de esta semana, deseándote un 2024 lleno de salud, éxito y felicidad.