Hoy te quiero hablar del marketing personal y compartir contigo algunas lecciones que he aprendido en el camino. 

Como principio básico, para ser un imán, tú debes sentir que lo que estás ofreciendo es tan valioso, que si no te lo compran les estás haciendo un daño.

Entonces veamos los cinco secretos:

1. Determina a quién quieres servir

Empieza por escoger un tema relevante que te apasiona. Y asegúrate que sea un tema por el cual la gente pagará por aprender más sobre él. Recuerda, tú no tienes que ser el experto más reconocido sobre el tema para ser creíble, simplemente tienes que saber un poco más que los que te escuchan para añadir valor.

Si tienes varios temas que te mueven, recuerda que los retos más grandes que enfrenta la humanidad son también las oportunidades más atrayentes. Algunos temas relevantes, que si alguno de ellos te apasiona, son taquilleros:

    • Tecnología, empleo y productividad
    • Salud, ejercicio, alimentación y longevidad
    • Sostenibilidad y negocios. Desde energías limpias y el internet de las cosas hasta ciudades inteligentes
    • Felicidad, resiliencia y propósito
    • Aprende a comunicar

Como todo, el aprender a comunicar es un proceso. Al principio vas a ser chafa. Lo bueno es que aun no tendrás una audiencia que puedas echar a perder. Entonces, a hacer el ridículo y a crecer. No hay que tomarse demasiado en serio.

Algo que siempre me llama la atención es el miedo que la gente tiene para hablar en público. Y luego ellos mismos son sus propios peores enemigos porque no le dedican el tiempo indispensable al ensayo, convirtiéndose es sus propios profetas del desastre.

El secreto para ser un gran orador es ensayar, ensayar y ensayar. Al igual que el secreto para ser un gran escritor es editar, editar y editar.

Una vez que ya tienes un contenido pulido, lánzate y preséntalo.

Yo me acuerdo cuando empecé a hablar en público, me aterrorizaba la idea de olvidar lo que quería decir. Me visualizaba mudo, paralizado sobre el escenario, por lo tanto escribía cada palabra que iba a decir.

Esto me llevó a que las primeras 100, o a la mejor las primeras 200 conferencias que di, las dicté con una carpeta en mano. Era chafa, pero me sentía seguro. 

Y no fue, hasta que un día, compartiendo escenario con un verdadero profesional, que no leía, que no tenía carpeta, que conocía tan bien su material que parecía que estaba teniendo una conversación entre amigos con la audiencia, que me puse el reto de ser como él*. 

Me puse el objetivo de ensayar mi material súper bien. Lo repasé linea por linea 50 veces, interiorizándolo  y transformándolo en parte de mi ADN y gracias a ello deje atrás la muletilla, mi carpeta, para convertirme en dueño del tema. 

Nota*: Gracias Luigi Valdes (incluyo al final del blog una liga para ver una entrevista que le hice hace unos días).

Hoy ese tipo de ensayo real, que algunos podrían calificar de obsesivo, forma parte de mí metodología de excelencia, que me permite hacerme dueño de todo nuevo material que deseo compartir con la audiencia.

Un detalle más sobre la comunicación. Cada vez más la presentación en vivo y el video serán el medio de excelencia. Por lo tanto, siempre graba tus presentaciones. De esa grabación puedes extraer un sin fin de diversos formatos. Por ejemplo, el audio se convierte en un podcast. La transcripción del audio se transforma en un artículo. Varios artículos se convierten en un libro. Extractos del texto se vuelven frases célebres. Y cuando le pones ligas al texto y a los videos, los conviertes en un medio relacional que construye puentes entre tu contenido y otras fuentes que enriquecen.

  1. Sé consistente

Probablemente, donde la mayor parte de la gente fracasa en convertirse en un imán es por falta de consistencia.

Plantéate una agenda y cúmplela. Arranca con comprometerte a publicar algo una vez al día, una vez por semana o una vez por mes. Tú escoge la periodicidad y cúmplela.

Entiende que no se trata de ganas sino de propósito y todo se te facilitará. Yo no siempre tengo ganas de escribir estos blog, pero no negocio conmigo y siempre salgo fortalecido.

Al igual, para adquirir experiencia hablando en público hay diversas alternativas. Una es unirte a una agrupación de gente que comparte el mismo interés. Una internacional que tiene más de 300 capítulos en México es Toastmasters. Otra alternativa es ir a ofrecer hablar gratuitamente a diversas asociaciones, clubes y escuelas. Estas están buscando quién puede venir a enriquecer sus sesiones. Y recuerda que para ser una persona que aporta valor, simplemente tienes que saber un poco más que la gente que te escucha. Además, siempre incluye al final de tu presentación una sesión de preguntas que te permitirá aprender qué de tu contenido gustó, qué no fue claro y qué otros temas les interesan a la audiencia para incluirlos en tu próxima presentación.

  1. Nunca dejes de aprender

Este principio está al mismo nivel de importancia que el ensayo. Conviértete en alumno y maestro de por vida.

Yo, desde hace más de 15 años, acostumbro leerme de dos a tres libros por mes. Te recomiendo arrancar con simplemente 20 minutos de lectura diaria. Y ya estarás leyéndote un libro por mes.

Si lo haces, siempre estarás actualizado y con cosas valiosas para compartir. Sino lo haces, el futuro te va a arrollar. Ponte las pilas.

  1. Diviértete y sé positivo

Finalmente, está disfrutar el viaje. El buen humor y el no tomarse demasiado en serio son vitales. Hay que convertirnos en nuestros propios mejores amigos y gracias a ello te convertirás en ese imán que buscan los demás.

*Luigi Valdes, se convirtió en amigo de crecimiento y  hasta la fecha, seguimos aprendiendo el uno del otro. Te comparto una entrevista que le hice hace unos meses sobre innovación: https://youtube.com/live/ijI-qpnHT5w  Disfruta.