En un mundo que cada día se mueve más aprisa, hoy ya no se requiere de liderazgo coercitivo, sino de desarrollar en nuestro equipo ejecutivo una serie de nuevas habilidades que los empoderen para colaborar decididamente entre ellos y llevar a la empresa a nuevas alturas.

Temas como franqueza, compasión, empatía, vulnerabilidad, gratitud y generosidad, al igual que perseverancia productiva, son facultades indispensables para integrar equipos de alto desempeño siglo XXI.

Veamos cada uno de ellas.

Empecemos con la franqueza. Hoy para integrar un equipo ejecutivo de alto desempeño se requiere ser franco. Que cada integrante comparta sin tapujos su punto de vista, experiencia, y creencias.

Por otro lado, se requiere de que cada integrante desarrolle su sentido de compasión y empatía. Primero, hacia sí mismo, para después poder sentirlo y ejercerlo hacia los demás.

Nuestro tercer componente es la vulnerabilidad. Resulta que la vulnerabilidad es la base de la confianza. Y por lo tanto, para que un equipo directivo sea de alto desempeño se requiere que exista una confianza profunda, que solo se logra a través de que los integrantes se conozcan como seres humanos.

Continuamos con la gratitud y la generosidad. Para que un equipo realmente funcione, se requiere que todos los integrantes reconozcan y agradezcan la aportación de cada una y de cada uno de sus compañeros y compañeras. Al igual, es indispensable partir de una óptica de generosidad en la cual aceptamos que todos nosotros, los seres humanos, somos falibles, cometemos errores y tenemos desplantes desafortunados. Ante esas eventualidades hay que ser solidarios y generosos, y reconocer que, gracias al principio a la reciprocidad, el día de mañana cuando nosotros tengamos un mal día, nuestras compañeras y compañeros también estarán ahí para animamos.

Finalmente está la perseverancia productiva. Y es aquí donde todo lo anterior conjuga y hace brillar. Cuando se tiene un equipo franco, empático, vulnerable, generoso y agradecido, se transforma la dinámica. Ya no se requiere un sistema de management anticuado que empuja, sino la misma dinámica se transforma en un nuevo modelo, super poderoso que jala en base a la co-responsabilidad. Un equipo unido que comparte visión y valores, y se apoya y se exige, brinda la base sólida para obtener resultados extraordinarios.

Para concluir, te invito a hacer un inventario de cómo se encuentra hoy tu equipo ejecutivo. Califica del uno al diez que tan avanzado va en cada uno de estos cinco imperativos. Si están por arriba del 9.5, felicidades, cuentas con un recurso estratégico vital para competir y sobresalir en el Siglo XXI. Sino es así, manos a la obra, porque no hay fuerza coercitiva existente que pueda lograr resultados extraordinarios consistentes en un mundo que cambia incesantemente, exigiendo cada ves más creatividad, resiliencia y unidad.

Ten un gran dia.