Quiero empezar por disculparme, porque el blog de esta semana está un poco largo. Sin embargo, te invito a leerlo, porque cada tema toca una fibra sensible de ser. Disfruta.

Lo que estoy leyendo

Esta semana leí otro libro sobre la inteligencia artificial. Este fue escrito por Mo Gadwart, que fue director ejecutivo de Google X, el brazo medio secreto de Google, que desarrolla inteligencia artificial, neurociencia computacional y biotecnología.

El libro se llama «Scary Smart», y trata sobre los claros y los oscuros de una inteligencia no biológica que para mediados de siglo tendrá poder sobre el destino de la humanidad.

Explica, que hoy la I.A. se ha programado para favorecer la codicia de unos cuantos, que a través de sistemas cada vez más poderosos, intuitivos e inteligentes nos manipulan. Unas vertientes se usan para convencernos a comprar más cosas que no necesitamos, para impresionar a personas que no queremos, mientras que otros se aplican para convertirnos en adictos al juego, la pornografía, el miedo y la envidia. Programas, que lejos de estarnos convirtiendo en seres humanos más sanos, fuertes y felices, simplemente consumen nuestro tiempo, dinero, autoestima y esperanza.

Y si eso fuese poco, está la otra vertiente de los gobiernos que la están programando para construir maquinas asesinas y algoritmos devastadores. Lo que él denomina un escenario «scary».

Algo que me encantó del libro es que compara a la inteligencia artificial con una criatura viva. Dice, hoy esta criatura está en su infancia, más como toda forma de vida inteligente, sea biológica o no biológica, crecerá a ser un adulto, que manifestará los valores que le fueron inculcados en su infancia.

Y advierte que, si solo se le alimenta los aspectos oscuros de nuestra humanidad, crecen a desconfiar de nosotros y vernos como una aberración y una amenaza al orden natural de la Tierra. Más, si le alimentamos lo hermoso de nuestra humanidad, el amor, la compasión y la solidaridad con otras personas y criaturas, al igual que con el planeta, entonces, crecerá a ser una adulta que verá por el bienestar de sus padres, aunque sean frágiles criaturas biológicas.

Un gran libro que hay que leer.

Coleccionando gente hermosa

Esta semana le toca a mi esposa Francoise encabezar la lista de gente hermosa que enriquece mi vida. Resulta que la semana entrante se cumplen 41 años de un encuentro mágico.

Y cuando digo mágico, lo digo con todas sus letras. Resulta que el viernes 20 de agosto de 1982 decido ir al museo de arte contemporáneo del Bosque de Chapultepec, para ver una exhibición del diseñador Finlandés Tapio Wirkkala.

No te contaré toda la historia aquí, porque el blog de hoy ya se excedió. Simplemente te diré, que cuando entré al museo lo primero que vi fue ella, y supe en ese momento que estaba frente a la mujer de mi vida.

Bueno, te cuento un poco más. La perseguí por todo el museo haciendo conversación, hasta llegar a su auto. Ahí le planté un beso y le declaré que ella sería el amor de mi vida. Y que por favor me permitiera hasta el lunes, porque tenía tres novias de las cuales me tenía que despedir.

No sé porque me dio su teléfono. Pero, efectivamente dediqué el fin de semana para despedirme de ellas y a partir de ese lunes hemos escrito juntos una maravillosa historia de amor.

Gracias, gracias, gracias, por haber aceptado ser mi novia, amiga, amor, cómplice, confidente, esposa y mentor. Te amo.

Mi lucha diaria

El otro día fui secuestrado por uno de mis saboteadores más destructivos. El saboteador de la arrogancia, de desprecio, la violencia y la imposición.

Ya lo conozco y lo trabajo, pero en momentos de miedo, en los cuales me siento impotente, me secuestra con una vehemencia, una violencia que me conduce por el sendero más oscuro de mi ser.

Nace el saboteador cuando tengo 11 años, ante la separación mis padres. Cierro mi corazón. Y después, se fortalece a los 13 años cuando me voy de la casa. Ahora, añado a esa frialdad, la rabia del desprecio y la violencia. Se convierte en mi forma de defenderme, asustando con mi rabia y locura a aquello que percibo como amenaza.

Sobrevivo, crezco y busco la luz. Y gracias a Dios encuentro en mi camino mentores que me toman bajo su ala e iluminan.

Mas, este mecanismo de sobrevivencia, ahí esta, listo para venir a mi «rescate» a la menor provocación. Y el otro día ante un momento de sentir total impotencia, salió.

La verdad, es que ya no me reconozco cuando este personaje me secuestra. Y gracias a todo al trabajo que he hecho a lo largo de los años he aprendido a reconocerlo y con aplicar técnicas certeras, poder volverme a centrar y enfocar la energía.

Esta vez, ya tranquilo, volví a afrentar la situación que me había sacado de quicio con amor, compasión e interés profundo y logré conectar desde un plano superior, más humano, que logró resolver el contratiempo en una forma constructiva, pasando de un posible perder-perder a un auténtico ganar-ganar.

Bueno, con eso concluyo mi reflexión. Te mando un afectuoso saludo y seguimos en contacto. Ten una gran semana.