Hoy quiero hablar sobre lo que va a cambiar y lo que no va a cambiar.

Permíteme empezar citando a Jeff Bezos. Cuando Amazon inició, repitió una y otra vez que su enfoque para crear un negocio sostenible no estaba en centrarse en lo que iba a cambiar, sino en concentrarse en lo que no iba a cambiar. Explicaba que, independientemente de todos los avances tecnológicos que pudieran surgir, las personas siempre iban a querer mejores precios, entregas más rápidas y mayor simplicidad para adquirir productos. Su apasionada adhesión a estos principios los ha llevado a construir el negocio de comercio electrónico de venta minorista en línea más importante del mundo.

Entonces, ¿qué va a cambiar y qué no va a cambiar en el mundo de los negocios en los años por venir? Sin duda, cambiará la forma en la que nos comunicamos con la gente y sus hábitos de compra. Factores como el cambio climático y la sostenibilidad también influirán. Impactará la globalización y la descentralización. Y, obviamente, afectará el cambio demográfico, junto con todo lo relacionado con diversidad e inclusión. Y esto sin hablar de la inteligencia artificial, la ciberseguridad y cuestiones de salud.

Y es muy fácil perderse en medio de tanto cambio y sentir que el futuro nos atropella. Pero no Mene que ser así. Lo que tenemos que hacer es lo que hizo Jeff Bezos. Tenemos que centrarnos en lo que no va a cambiar para construir un negocio sobre bases firmes que posea los elementos necesarios para prosperar y permanecer.

Entonces, ¿cuáles son las cosas que no van a cambiar?

Es todo aquello que nos hace humanos. Nuestra esencia no ha cambiado en 10 mil años y en 10 mil años no cambiará. Cosas como nuestra necesidad de reír y llorar juntos. Comparten una visión trascendente del futuro y cultivan y fomentan la unidad fincada en el amor.

El cambio es aterrador cuando pierde su brújula humana. Pero está lleno de esperanza cuando se ve a través de la lupa de nuestra humanidad.

Entonces, para tener un negocio que prospere y perdure, hay que partir del principio trascendente de que la finalidad de todo negocio es añadir valor real, profundo y duradero al ser humano. Cuando ponemos al ser humano en el centro de la ecuación, todo se ordena y cobra siendo.

Empieza con la construcción de una cultura fincada en valores que inyectan propósito al trabajo. Y para ello hay que pasar de lo transaccional al sentido profundo y enseñar no simplemente el qué, sino por qué hacemos lo que hacemos.

Esto se afianza a través de un liderazgo humano que genera confianza. Uno que es enarbolado por un líder que modela, enseña, reta y se convierte en mentor. Una persona que entiende que amarse a sí mismo es condición esencial para amar a los demás, y que, al mostrarse auténtico, vulnerable y humano, enseña a la gente a abrirse, ser vulnerable y solidaria.

Son los principios humanos que hacen grandes a las empresas. Son los principios humanos que trascienden a la organización.

Es urgente detener la locura que está acechando al mundo a través de tanto egoísmo que termina por consumir, destruir y dejar en desolación. Hoy estamos llamados a asumir nuestra grandeza y a construir empresas fincadas en valores humanos que inspiran propósito, unión y trascendencia. Cuando lo hacemos, nuestra gente florece. Encuentra propósito y determinación para ser parte de algo más grande que ellos mismos y contribuir al bien mayor. Esto a la vez llega al hogar y a los clientes y termina por transformar a la sociedad al sentar las bases que impulsan la estabilidad y el bienestar que tanta falta hace en el mundo.

En conclusión:

Entre más nos afecte el cambio tecnológico, climático y social, más se requiere de estabilidad. Y esta estabilidad nos toca a nosotros, los empresarios, fomentarla. No únicamente para asegurar el buen manejo y permanencia de nuestros negocios, sino para contribuir al buen funcionamiento de la sociedad.

Hay que enfocarnos en aquellas cosas que no cambian: el sentido de propósito, la unidad y el contribuir al bien mayor. Construyamos juntos la confianza y la responsabilidad compartida que conducirán a empresas humanas, rentables y valiosas que realmente hacen una diferencia en el mundo. Lo mejor está por venir. Unamos fuerzas. Construyamos juntos, una empresa a la vez, el mundo en el que deseamos vivir y heredar. Manos a la obra.

 

Ten un gran día.