Transforma tu Relación con el Dinero: Ejercicio para Superar el Sabotaje.

Hay un mundo ahí afuera que quiere un pedazo de nosotros. Nos promete riqueza, felicidad y bienestar si simplemente le damos nuestro dinero.

Por eso, hoy quiero hablar acerca de la importancia de ahorrar y compartir contigo unas cuantas reglas para evitar dejarse deslumbrar por espejitos, que terminan por generarnos una cruda moral y nos sabotean para generar riqueza de verdad.

El punto de partida es tocar fondo. Entender dónde estamos en nuestras finanzas, aceptar por qué estamos aquí, definir a dónde queremos ir y por qué es importante para nosotros, y establecer una estrategia sencilla, que nos saque un poco de nuestra zona de confort, para llegar allí.

Entonces, tocar fondo es aceptar nuestra realidad y liberarnos del sentimiento de culpa. Así es, muchas veces nos metemos en una dinámica contraproducente que sabotea nuestra capacidad de cambiar. Nos ponemos etiquetas que nos desemoderan. Por ejemplo, yo no puedo ahorrar o yo no sé ahorrar. Y la realidad es que tú no puedes o tú no sabes ahorrar, porque en tu escala de valores le das mayor prioridad a otras cosas por encima del ahorro.

Déjame compartir contigo un excelente ejercicio para liberarte del sentimiento de culpa que te detiene de llegar al fondo del por qué no le has dado prioridad al ahorro, para que después, más ligera, más ligero, puedas emprender un nuevo camino.

La culpa tiene una característica perversa que no nos deja avanzar. Nuestro ego no se quiere sentir culpable, entonces nos mantiene en una dinámica de seguir haciendo lo mismo, una y otra vez. Para liberarnos del sentimiento de culpa de que nuestras finanzas no están donde pensamos que deberían estar, hay que hacer las paces con nuestra realidad.

Para ello hagamos el siguiente ejercicio: saca un pedazo de papel y ponle el título, “beneficios de haber gastado mi dinero”, y bajo él dos columnas, una que dice beneficios para mí y otra que dice beneficios para los demás. Ahora, escribe bajo cada encabezado todo lo bueno que te trajo ese gasto para ti y los demás. Escribe, escribe y escribe, por lo menos 100 cosas buenas bajo cada encabezado. Libérate de toda culpa. Recuerda. Apunta. Disfruta. Ya pasó. Acepta, agradece y siéntete en paz con el pasado.

Ahora, a cambiar tu paradigma del ahorro y a darle una nueva jerarquía en tu escala de valores. Nuevamente toma una hoja de papel y ahora ponle en el encabezado, “los beneficios de ahorrar”. Y al igual que en el ejercicio anterior, escribe bajo una columna los beneficios para ti del ahorro y en la otra los beneficios para los demás. Escribe, escribe y escribe. Permite que los beneficios fluyan. Permite que te envuelvan, te inspiren y te den alas para ahorrar. Siente el empoderamiento, la paz, la libertad y la alegría de convertirte en dueña, en dueño de tu destino económico.

El siguiente paso es determinar ¿cómo empezar y cuánto ahorrar? Sociológicamente se ha encontrado que el ser humano puede desprenderse sin mayor problema del 10% de su ingreso. Es por eso que por miles de años diversas corrientes sociales promueven el diezmo.

En nuestro caso, dado que queremos que esto nos saque un poco de nuestra zona de confort, y  acelerar un poco el paso, vamos a añadirle un 10% más. Esto es, si tú ganas 10 mil pesos al mes, vamos a ahorrar no mil, sino mil cien pesos.

Ahora, algo súper importante, empieza simplemente por ahorrar efectivo. Y únicamente después de que tengas un buen colchón, equivalente a seis meses de ingreso, permítete, si así lo deseas, empezar a especular con parte de tu capital buscando un mayor rendimiento. Aquí, nuevamente opera el principio del 10%. Para mantener tu equidad emocional, invierte sólo el 10% de tu capital en algún instrumento de riesgo. Esto te permitirá no perder todos tus ahorros cuando el mercado cae, al igual que te dará la posibilidad de beneficiarte un poco de él cuando sube. Sin dolor, todo va mejor.

En resumen, nadie va a velar por nuestra salud financiera mejor que nosotros mismos.

A lo largo de los años, la mayoría de nosotros nos hemos dejado seducir por el marketing del consumo. Y esto ha puesto el ahorro muy abajo en nuestra jerarquía de valor.

Ha llegado el momento de poner orden en donde se sitúa el ahorro en nuestra jerarquía para poder afrontar el futuro con mayor certeza, tranquilidad y alegría.

Te invito a realizar los ejercicios que aquí expongo y a descubrir el gran placer de tomar control de tu destino financiero.

¡Ten un gran día!

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