Hoy amanecimos ante una nueva realidad que exige nuestra grandeza.
Todo problema conlleva la oportunidad de crecimiento. Utilicemos este momento histórico para sacar la casta, unir fuerzas y construir una sociedad más fuerte y resiliente.
No sirve de nada el temor; sólo nos debilita. El hecho está dado, hay un nuevo Presidente de Estados Unidos hostil hacia México. Ahora la única opción sensata es asumir la realidad, reagrupar fuerzas y entender que México es grande y que las mexicanas y los mexicanos lo somos mucho más.
Es el momento de las cámaras y de las asociaciones civiles. Es el momento de las universidades y de los conferencistas. Hay que salir a las plazas y a las redes sociales para abogar por la coherencia.
Hay que centrarnos en nuestras capacidades, en lo que tenemos, en nuestras fortalezas (que son muchas) y enfocarnos en cómo capitalizarlas al máximo.
A nivel personal, empecemos por abrir el diálogo en la casa y en la oficina. Expliquemos que la preocupación y el desánimo o, aun peor, el odio y el rencor sólo nos debilitan y nos hacen más vulnerables.
Es el momento del trabajo duro y de la calidad. El momento de la creatividad y la innovación. El momento de reagrupar y echar mano de nuestras fortalezas, talento y recursos. El momento de construir una nación más fuerte, más unida, más coherente.
Ánimo, mis hermanos y hermanas, porque lo mejor está por venir si aprovechamos este momento histórico. Saquemos la casta. Aprovechemos nuestra grandeza y convirtamos a México en el gran país que todos deseamos.
Tengan un gran día.
Me uno a esta opinión, y añadiría que al mal paso darle prisa y también es hora de empezar a construir el “Muro de la Vergüenza”. Además de nuestras fortalezas internas, tenemos vecinos al sur, a quienes debemos aprender a apreciar y tratar mejor. Tenemos vecinos lejanos a los lados, como China o Japón, y para ellos contamos con una posición estratégica. Es nuestro momento y oportunidad, no la desaprovechemos.